lunes, 28 de octubre de 2013

SON EFECTIVAS LAS PENAS DE PRISIÓN PARA LOS DELITOS VIALES

¿SON EFECTIVAS LAS PENAS DE PRISIÓN PARA LOS DELITOS VIALES?

A la vista de los datos obtenidos de la  Memoria de la Fiscalia General del Estado del año 2012 podemos establecer que no son efectivas la penas de prisión para los delincuentes viales, ya que ha habido un aumento de presos por estos delitos con respecto al año anterior, en concreto, pasamos de una población reclusa de 771 presos en 2011 a 1107 en el 2012. Y estamos hablando de delincuentes que entran en prisión sólo por la comisión de estos delitos, sin la imputación de ningún otro; ya que sabemos que hay penados por delitos contra la seguridad vial que cumplen condena también por homicidios imprudentes u otras circunstancias resultantes del delito contra la seguridad vial. Excediendo la población reclusa acumulada en el año 2012 de más de 2000 presos.
De los datos expuestos se pueden obtener varias conclusiones, una de ellas es que en el año 2011 la reforma del Código Penal en esta materia (Ley Orgánica 5/2010 de 22 de Junio) flexibilizó el sistema de penas alternativas al ingreso de prisión, entre otras y redujo el ingreso de penados. Y la otra conclusión, y la más preocupante, es que si hay más flexibilidad en el sistema de penas, ¿porqué hay más encarcelados este año pasado?.
La conclusión es muy clara al respecto, los delincuentes viales encarcelados los podemos catalogar como "infractores multirreincidentes", los cuales sin la resocialización  vial correcta  volverán a estar condenados por esta clase de delitos.
 Sabemos que la pena de prisión no es la respuesta adecuada a este tipo de delitos (desde la perspectiva de la prevención en general) y hay que buscar un fin reeducador  acompañado de programas o medidas orientadas a identificar y tratar las causas que están en la génesis del delito, y así poder resocializar al delincuente vial e introducirle de nuevo en la actividad viaria sin que vuelva a causar ningún problema para la seguridad vial. Esta persona necesita reintegrarse en la sociedad aprendiendo que su conducta es socialmente inadaptada, hay que inculcarles unos valores comportamentales correctos y estimular el respeto hacia los demás usuarios de las vías.
Los delincuentes viales reincidentes (generalmente) los podemos dividir en dos grupos, uno los que tienen problemas con la dependencia del  alcohol o  adicción a las drogas y el segundo los que no han obtenido el permiso de conducción o lo tienen retirado, ya sea judicialmente o por la carencia de puntos en el mismo.
A sabiendas de los problemas que nos encontramos, a parte de la pena de prisión  se le debe "imponer" al penado la solución a su problema, ya que el fin de las penas es la resocialización, debiendo actuar en la base del mismo y erradicarlo, ya sean programas de desintoxicación (para el alcohol o las drogas) o ayudar, o incluso obligar, al penado a la obtención del permiso de conducción si carece de él.
Además se les podría introducir, de obligado cumplimiento, los talleres de actividades de seguridad vial (TASEVAL) los cuales son un conjunto de actividades de sensibilización y reeducación que están directamente relacionado con el tipo de delito cometido por el infractor y personalizado, consiguiendo dotar de consistencia a los programas anteriormente expuestos y asi conseguimos el efecto deseado que no es otro que el delincuente vial consiga resolver y actuar en concordancia, de una forma exitosa, las situaciones o implicaciones que se dirimen del tráfico rodado y que no repercuta negativamente en su conducta al volante.
Tenemos que cambiar  la Política Criminal en Seguridad Vial  y en concreto la prevención terciaria y adecuarla a la raíz de la cuestión y suplir las carencias que en ella  hay y así  poder conseguir el objetivo primordial que es la reinserción  del delincuente de tráfico en el entramado vial y su entorno para que pueda circular acorde a lo estipulado en las leyes y no vuelva a reincidir. 
Pero todo lo anterior no haría falta si se implementasen una buena prevención primaria en la que primase la educación vial en todas las esferas de nuestra vida, desde que somos unos niños hasta que dejamos de ser conductores, con la consiguiente educación en las vías de nuestro país.

lunes, 21 de octubre de 2013

APLICACIÓN DE LA CRIMINOLOGÍA AMBIENTAL EN LA VIAL (SEGUNDA PARTE)

LA INFLUENCIA DEL “FACTOR AMBIENTAL” EN LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL Y SUS CONSECUENCIAS, LOS SINIESTROS VIALES.
(SEGUNDA PARTE)

Como hemos visto la Criminología Ambiental puede ayudar al estudio y prevención de los delitos contra la seguridad vial y los siniestros viales. Podemos presentar la criminología ambiental con las propias palabras de Brantingham y Brantingham (1991) en una de las obras clave de esta disciplina:
“La Criminología Ambiental plantea que los eventos delictivos deben entenderse como una confluencia de infractores, victimas u objetivos del delito, y normativas legales, en escenarios específicos, ocurriendo en un momento y lugar concretos. Esto significa que un análisis completo del delito tiene cuatro dimensiones: la dimensión legal, la dimensión del infractor, la dimensión de la victima/objeto, y una dimensión espacio-temporal. Lo que es más, esas dimensiones han de comprenderse e interpretarse sobre un telón de fondo histórico y situacional complejo, de características sociales, económicas, políticas, biológicas y físicas, que establecen el contexto en el que están contenidas las dimensiones del delito […] El interés de la Criminología Ambiental por el papel que juegan la localización y el cambio de posición y yuxtaposición de los eventos delictivos, no niega la legitimidad de los estudios que se llevan a cabo en las otras dimensiones del delito […]”.
Tenemos que entender que la circulación se desarrolla en un espacio que tiene tres componentes: elementos físicos o estáticos (las vías y sus estructuras, en sentido amplio); elementos en movimiento (personas y vehículos); y otros que forman como un telón de fondo, de permanencia inevitable y constante variabilidad que rodean dicha vía (situación meteorológica, luminosidad, congestiones, etc.). Este ambiente global es el que influye en la persona y puede ocasionar que llegue a delinquir.
Los factores ambientales y el espacio establece muchas exigencias a los usuarios de las vías, los cuales tienen que estar pendientes de estas modificaciones y que exigen un alto nivel de concentración al conductor (principalmente) como pueden ser:
1. Por las características geométricas y físicas de la vía urbana. Ya que no es lo mismo circular por una vía de asfalto o adoquinada, que sea deslizante o no, etc.
2. Por las condiciones ambientales (meteorológicas). Que influyen a la hora de circular y modifican nuestra forma de hacerlo, y más si las condiciones de visibilidad no son las idóneas.
3. Por la circulación. En ella influyen la densidad, fluidez y la composición de la circulación.
4. Por las normas y señales reguladoras de la circulación (el entorno de la vía). Ya que sabemos que si existen las señales de circulación es porque regulan situaciones que no son las generales de la vía y nos dificulta la circulación ya que tenemos que ir pendientes de ellas.
Por eso estamos ante una nueva manera de enfocar la prevención y el porqué se comenten los delitos contra la seguridad vial, yendo más allá del simple estudio de la persona humana como desencadenante de estos hechos. Se incluye como factores el ruido, calor, las congestiones de tráfico, etc. y la estructura de la vía, todos ellos factores influenciables en el ser humano.
Clarke en 1997 estableció que algunas de las causas del delito pueden ser explicadas a partir de las oportunidades existentes en el ambiente y su entorno.
Siguiendo a Wortley y Mazerolle (2008) las premisas de esta perspectiva ambiental la podemos resumir en tres puntos:
  • La influencia del ambiente en la conducta delictiva.
  •  La no aleatoriedad de la distribución espacio-temporal.
  • Y la utilidad de los elementos anteriores en el control y prevención del delito.

Pese a la importancia y repercusiones que tienen los delitos contra la seguridad vial, la delincuencia viaria se considera como un grupo independiente de delitos a causa de sus específicos modos de comisión y las razones de su nacimiento (Kaiser, 1970).
Por eso la criminología ambiental considera al delincuente vial como un elemento más de los que confluyen en el mismo, haciendo hincapié en los determinantes situacionales, interesándose por los patrones delictivos en el tiempo y en el espacio. Y añade otro factor más para el estudio y prevención de estos delitos. Decir que según diversas investigaciones los factores ambientales, las características de la vía y del tiempo explican, al menos, el 12% de los siniestros viales.

lunes, 14 de octubre de 2013

PRINCIPIOS BÁSICOS PARA LA CREACIÓN DE UNA BUENA POLÍTICA CRIMINAL EN SEGURIDAD VIAL

CONSIDERACIONES OPORTUNAS PARA LA REALIZACIÓN DE UNA BUENA POLÍTICA CRIMINAL EN MATERIA DE SEGURIDAD VIAL

Desde el año 2007 hasta la actualidad  ha habido un incremento del 2% en la población reclusa por delitos contra la seguridad vial, y esto no es un buen dato. Sabemos que la pena de prisión no es la respuesta adecuada a este tipo de delitos (desde la perspectiva de la prevención en general) y hay que buscar un fin reeducador  acompañado de programas o medidas orientadas a identificar y tratar las causas que están en la génesis del delito, y así poder resocializar al delincuente vial e introducirle de nuevo en la actividad viaria sin que vuelva a causar ningún problema para la seguridad vial. Esta persona necesita reintegrarse en la sociedad aprendiendo que su conducta es socialmente inadaptada, hay que inculcarles unos valores comportamentales correctos y estimular el respeto hacia los demás usuarios de las vías.
La criminología aporta a la política criminal los factores que causan las conductas antisociales, proporcionándole elementos suficientes para combatir dicha conducta y con una intervención directa de los criminólogos especialistas en la seguridad vial por su amplio conocimiento en las dos materias principales que pueden consensuar de una forma directa unas políticas de seguridad vial adaptadas a las necesidades de la sociedad y llegar a un punto intermedio entre las políticas anteriormente puestas en marcha (por el Gobierno), que oscilan entre dos puntos muy distantes, ya que se ha pasado de “tolerancia cero” a la persecución del “conductor peligroso”.
Para la realización de una buena política criminal de la seguridad vial, debe regir los siguientes puntos:
  • El objetivo final no se tiene que vasar en erradicar la delincuencia viaria, ya que será imposible llegar a este objetivo, porque todos sabemos que eso es una  utopía; por eso el objetivo final tiene que ser el mantener la delincuencia vial en unos índices bajos de criminalidad y mantenerla controlada.
  • Tenemos que tener en cuenta que prevenir es más que disuadir, hay que neutralizar las causas de esta delincuencia. No nos vale asustar al delincuente por medio de la amenaza de la pena, hay que actuar en la raíz del problema y solucionarlo desde ahí, LA EDUCACIÓN VIAL.
  •  La efectividad de los programas de prevención deben implementarse a medio y largo plazo,  no se debe tener prisa por obtener los resultados, hay que esperar el tiempo que se fije y no  modificar dichos programas por clamor popular y los mass media.
  •  Tenemos que saber que la prevención primaria es más efectiva que la prevención secundaria y éstos más efectivos  que los de prevención  terciaria.
  • La política criminal de seguridad vial tenemos que tener en cuenta que la prevención debe contemplarse como una “prevención social”, ya que la circulación de vehículos y peatones es una interacción social por excelencia en la que estamos inmersos todos los días y empezamos a interactuar con ella nada más salir a la vía.
  •  Para erradicar la delincuencia vial, tenemos que empezar a actuar mucho antes  de que el victimario obtenga el permiso o licencia de conducción. Y esto se hace inculcando desde niño una buena educación vial, tanto en la escuela como en la familia, ya que son los dos primeros núcleos de socialización del niño.
  • Saber que no se puede, ni debe, utilizarse una prevención represiva, cuasi policial, ya que carece de actuación ante la raíz del problema.
  •  Hay que actuar en la confección de las vías, ya que si se evita que se pueda ir a altas velocidades, una buena iluminación, una correcta señalización, etc. se podrían evitar conductas de riesgo para la seguridad vial.


Para terminar decir que todo@s estamos implicados en la seguridad vial y que de nosotros depende que circulemos seguros por las vías.

martes, 8 de octubre de 2013

APLICACIÓN DE LA CRIMINOLOGÍA AMBIENTAL EN LA VIAL

LA INFLUENCIA DEL “FACTOR AMBIENTAL” EN LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL Y SUS CONSECUENCIAS, LOS SINIESTROS VIALES.

INTRODUCCIÓN


Todos sabemos ya que detrás de los delitos contra la seguridad vial y sus consecuencias (los siniestros viales) está detrás el factor humano como principal causa de los mismos, siendo estudiada como el único factor causante de estos hechos (el factor vehículo, es poco estudiado ya que los siniestros viales producidos por este factor representa un tanto por ciento ínfimo -entorno al 8%- y hay algunas teorías que establecen que detrás del fallo vehicular esta la acción del hombre previamente).
El factor humano se ha tratado desde la perspectiva individual, centrándose en las características personales y centrados en factores como la edad, genero, pautas de crianza, deficiencias cognitivas, rasgos de personalidad, sociobiologia, etc. y desde la perspectiva social, fijándose en el grupo de pertenencia y en la estructura social; en la que sobresalen las teorías que se centran en factores como la pobreza, marginación, falta de control o vínculos sociales, anomia subculturas, aprendizaje social, etc.
Pero pocas veces (por no decir ninguna) nos hemos preguntado si el factor ambiental es de aplicación directa en la comisión de delitos contra la seguridad vial y los siniestros viales. Considerando dentro del “ambiente” el diseño urbano, su estructura, mantenimiento y en que las teorías existentes estudian la distribución espacio-temporal de los delitos y los facilitadores e inhibidores ambientales para su comisión.
Las teorías ecológicas aseguran que el ambiente y el diseño del  espacio urbano (en nuestro caso la forma de las calles, de un carril o dos, más o menos anchos, estacionamientos, la información que aportan, etc.) pueden tener influencia decisiva en el comportamiento humano y por ende en la criminalidad. La criminología ambiental se ocupa de estudiar si los factores ambientales como el espacio, la estructura del escenario, el calor, el frio, el ruido, el hacinamiento,  la congestión, retenciones, etc. nos influyen a la hora de cometer un delito o de vernos involucrado en un siniestro vial.
Hay que decir que desde que interactuamos en la vía pública lo estamos haciendo también en el tráfico viario, ya que somos unidades de tráfico (peatón, pasajero o conductor) y saber que el tráfico viario es una interacción social por excelencia en la actualidad. Llegando a ser las congestiones de tráfico un factor ambiental desencadenante de acciones preocupantes por parte de las unidades de tráfico, además hay que sumar que los conductores consideran que tienen que competir por el espacio (calles) y ser el dueño de ellas y pensar que pueden actuar de la manera que mejor les convenga, sin respetar las normas establecidas para ello.
Por todo lo anterior y observando que en la definición de qué es la Criminología Vial, establece que es una disciplina criminológica encaminada al estudio y prevención de los delitos contra la seguridad vial y a la resolución de todo conflicto que surja tras un siniestro vial, la cual buscará y se nutrirá de todas las disciplinas que la rodeen para poder cumplir su objetivo; podemos decir que la Criminología Ambiental puede servir de apoyo para poder paliar y disminuir los siniestros viales y los delitos contra la seguridad vial.



Y SÍ, los factores ambientales influyen en la comisión de este tipo de delitos y sus negativas consecuencias...

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